En Alcalá de Henares está la casa de Manuel Azaña, que es como decir que se encuentra parte de lo mejor del pasado de España. En Alcalá de Henares también está I., que es como decir que se encuentra parte de lo mejor de mi pasado. Como en casi todas mis grandes amistades, he olvidado si se cimentó sobre un momento crucial concreto. Aunque tengo claro que nuestro vínculo se intensificó porque ambos hemos estado perdidos en algún momento, si bien es cierto que ella sale de esos trances mejor que yo, probablemente porque es más inteligente. Como mínimo, en lo que concierne a esa inteligencia práctica que no se basa tanto en acumular conocimiento y experiencias (que también, por supuesto), sino en la dosis de pragmatismo que permite enfocar la vida desde una mentalidad más prosaica sin perder del todo la lucidez. Utilizando los recursos cognitivos a conciencia para estudiar una oposición, afrontar una rutina y similares circunstancias siniestras.
SÁBADO
Me despido de I. para, una vez llegado a Granada, comprobar que mi padre se halla realmente preocupado por su estado de salud. La Medicina que no cesa, que diría Miguel Hernández. El primer poeta que me descubrió mi padre.
DOMINGO
La manita que el Barça endosa al Madrid provoca que los madridistas, cabizbajos, parezcan los galos de las historietas de Astérix cuando les preguntaban por la batalla de Alesia contra los romanos. "¡No sé de qué me estás hablando!". En mi caso, la constatación de lo desmesuradamente inmerecido del resultado no me embarga de frustración como en otras ocasiones. Acaso una ligera sensación de lástima por la guillotina preparada para un entrenador que se la jugó por nosotros, pero nada más: un leve rezongo por la suerte que han tenido los malos. Si esto es madurar, no estoy seguro de que me entusiasme la idea.
MARTES
Acabo la irregular No, mamá, no de Verity Bargate, y decido que le daré la tercera oportunidad a Foster Wallace cuando termine con Zweig. Resulta curioso que los soliloquios de un solitario obsesionado con interpretar literariamente un deporte como vía de escape no me hayan causado hasta ahora la fascinación que a priori deberían. De cualquier manera, el talento del norteamericano está fuera de toda duda.
Hace años mi ex se cabreaba cuando yo me comparaba en broma con Jabois (la 2011-12 eran los tiempos indecorosamente felices del mourinhismo canalla y el follar con amor), pues ella, en un ejercicio de vergonzante exageración, me decía que un día me presentaría a sus amigas en las cenas de gala de la alta societat como al Foster Wallace español. Para ilustrar el nivel de sus hipérboles (y en general del exceso que modulaba nuestra relación, que era justamente eso: excesiva), sirva como ejemplo su convencida afirmación de que yo era guapísimo.
Por último, hay otro aspecto importante a considerar a la hora de una identificación con Foster Wallace: se terminó suicidando.
MIÉRCOLES
El arrojo patético de la Cultural Leonesa contra el Barcelona tiene su castigo en el minuto 95. Esta aguda reflexión antigua de Iñako Díaz-Guerra: "Dembélé representa muchísimo mis 21 años. Decide casi siempre mal, no sabe qué está pasando ni qué hace allí ni cómo ha llegado y da la sensación de ir improvisando siempre. Su ventaja es que le sobra talento".
VIERNES
Toda la coherencia que me impide comprar por Amazon o participar en las formas explotadoras del capitalismo "colaborativo" se escapa por el sumidero cuando mi familia me empuja al Black Friday. Evito la culpa al mirarme en el espejo con la chupa de cuero nueva gracias a la anécdota de Juan Tallón, quien asegura que su padre aprobó el examen de conducir pese a no tener ni idea porque se puso traje. La ropa te saca de muchos atolladeros.
DOMINGO
En La conjura de los necios Ignatius Reilly se presentaba un día a pedir trabajo y, casi sin explicarle en qué consistía el empleo, le exigían ser limpio, muy trabajador, de fiar y callado. "¿Pero qué clase de monstruo quieren?", preguntaba asustado, y se iba.
Recuerdo la escena porque mañana empiezo un triplete de guardias.
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